El impacto psicológico de una mastectomía no es un tema subjetivo. Numerosos estudios han demostrado que la reconstrucción de pecho no solo ayuda a verse mejor, también mejora la forma en la que la paciente afronta el proceso del tratamiento oncológico. Favorece las relaciones personales, sociales y las relaciones íntimas de las pacientes.
Es por estos motivos que la reconstrucción de pecho después de mastectomía se realiza cada vez más. Habitualmente se ofrece como parte integral del tratamiento del cáncer en las unidad funcionales de mama de los hospitales.
De hecho, para ser rigurosos cada vez se ofrece más la reconstrucción inmediata, en el mismo acto quirúrgico de la mastectomía. Lamentablemente en muchos centros todavía no hay cirujanos plásticos especializados que puedan realizar la reconstrucción. Por este motivo esta se difiere y se realiza posteriormente una vez acabada todo el proceso de tratamiento del cáncer.
Dorsal ancho con Lipofilling, una opción de reconstrucción de pecho diferida.
Aunque no sea el ideal, la reconstrucción diferida se puede realizar con muy buen resultados funcionales y estéticos. Existen múltiples opciones quirúrgicas que tienen que ser evaluadas de forma individual. Una de las técnicas que habían quedado en un segundo plano pero que vuelven es la reconstrucción con el músculo dorsal ancho combinada con lipofilling. Esta técnica se ha visto renovada debido a la mejora en los materiales quirúrgicos, la innovación y el advenimiento de nuevas tecnologías.
Anteriormente, ya utilizábamos el músculo dorsal ancho para la reconstrucción de la mama. Pero ahora hemos introducido refinamientos quirúrgicos como por ejemplo la denervación del músculo y la desincerción completa del tendón a nivel del húmero. Esto permite evitar contracciones poco estéticas cuando el colgajo muscular está colocado a la mama. También evita tiranteces y molestias a nivel de la espalda típicas de este reconstrucción anteriormente.
Una vez realizamos la transposición muscular hay que darle suficiente volumen a la reconstrucción. El objetivo es conseguir un resultado simétrico respecto a la mama contra lateral. Anteriormente solo lo podíamos conseguir con una prótesis pero estas no están exentas de complicaciones. Especialmente en el supuesto de que las pacientes hayan sido irradiadas cosa que puede elevar case al 50% la tasa de contracturas graves capsulares de la prótesis implantada.
Para evitar estos problemas, gracias al refinamiento de los procesos de transplante de grasa autóloga, ahora podemos realizar una liposucción a la paciente e infiltrar esta grasa en la zona reconstruida con el músculo dorsal ancha para que aumente hasta 250-350cc de volumen. Cómo si colocáramos una prótesis pero evitando los problemas de esta en los tejidos sometidos a los tratamientos oncológicos adyuvantes.
Así pues, combinamos dos técnicas clásicas para realizar una intervención innovadora con resultados óptimos a nivel estético, seguros oncológicamente y minimizando las complicaciones postquirúrgicas.